El directo- Reflexión personal
Pensar en el directo, el directo televisivo, con consciencia, sea tal vez algo no tan sencillo. Si partimos de una definición de lo que la palabra "directo" significa- cualquier cosa que viaje en línea recta, sin interrupciones-, nos daremos cuenta de que en realidad la televisión hoy en día, más allá de ser su característica principal o su especificidad más concreta, se aparta muchas veces de ella, para hacernos olvidar justamente de eso que la distingue. Muchos programas de la televisión de hoy, no son en directo, no son en vivo, y se corren también del efecto del directo. El contenido como tal se corre de ese efecto, pero hay algo de la esencia que aún se mantiene. Si pensamos en una novela televisiva, comunes sobre todo hace algunos años en la argentina, nos encontraremos con un programa editado, grabado, con cortes y un montaje que une por ejemplo escenas en diferentes decorados. No hay directo, no hay efecto de directo, o al menos no del todo. Porque la novela que vemos cuando prendemos, por ejemplo canal 13, llega a nosotros como a cualquier otra persona que elija marcar el mismo canal en su televisor a la misma hora. No nos permite retroceder, y avanza hacia adelante, aunque claro, con interrupciones, las publicidades. Dejando de lado por supuesto plataformas vía internet que nos permiten ver la tv, pero también retroceder y manejar nuestros tiempos. Entonces, aunque no seamos del todo conscientes y nos olvidemos de la materialidad del medio, de su especificidad, ella sigue ahí. ¿Está mal no aprovecharla?, ¿deberían entonces ser todos los programas en directo? Bueno no, esta simplemente un reflexión, que además deja a la vista el estado de hibridez en el que los medios en este caso la televisión, se manejan.
El directo como tal, es algo que me resulta interesante por demás, que me hace plantearme muchas cosas, e incluso lidiar en mi cabeza con distintos pensamientos y posicionamientos frente al tema. Pero lo que más interesante me resulta del directo como tal, sobretodo a la hora de ver algo en directo, sean además en vivo o no, es sentir un acompañamiento si se quiere. Sentir que lo que estoy viendo tiene algo de "verdad" que no puedo negar. Porque sí, puede ser un directo transmitido a varias cámaras con un montaje, que me haga saltar de un punto de vista a otro, pero siempre sabiendo que la duración o temporalidad de lo que veo, coincide con la mía. Que le tiempo que yo invierto en ver ese material en vivo, es el mismo que está invertido en su realización. Con los riesgos, sorpresas, improvistos que pueda traer o incluso si fue algo de los más pensado y planificado.